El jabón de azufre es quizás uno de los pocos que no provienen de un ingrediente vegetal o al menos orgánico. Se trata de un mineral natural, recientemente muy empleado en cosmética, a raíz del descubrimiento de sus bondades. La dosis usada en este jabón artesanal, con una formulación al 10%, tiene propiedades desinfectantes, astringentes y antiinflamatorias. Suele ser recomendado por médicos para acompañar tratamientos contra el acné, la dermatitis, la psoriasis o infecciones por ácaros. Es un jabón con olor fuerte y puede ser agresivo.