Cabello : El alto contenido de ácido ricinoleico del aceite de ricino mejora la circulación del cuero cabelludo, lo que fortalece el cabello y reduce su rotura. Además, el aceite de ricino es un humectante, lo que significa que retiene la humedad para que el cabello sea menos propenso a partirse por las puntas. Piel : mejora la suavidad e hidratación de la piel, el aceite de ricino es ideal, pues se absorbe para que su contenido de nutrientes estimule la producción de colágeno natural. Ayuda a la piel a regenerarse para desvanecer cicatrices y manchas. Además, disminuye la apariencia de arrugas y estrías.