A los bizcochos se les conoce también como bizcochuelos o queques y se suelen clasificar en tres categorías: los pesados, que son los que contienen mantequilla, aceite o alguna otra grasa, por lo que requieren una cocción más suave y prolongada en el horno; los ligeros, en cambio, no incluyen lípidos; y en tercer lugar los superligeros, que apenas necesitan tiempo en el horno, no tienen nada de grasa, muy poca harina o a veces almidón en vez de harina.