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Bisuterías

Pulseras de amistad
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Pulseras de amistad

Turquesa: vertido en un elemento básico de diversas joyas, desde collares y pendientes hasta intrincados broches. La capacidad de la turquesa para complementar colores cálidos y fríos aumenta su versatilidad y encanto. Profundicemos en su historia, propiedades curativas y otros aspectos interesantes. Historia de la turquesa Con su arraigada historia, la turquesa es una de las piedras preciosas más antiguas conocidas por la humanidad. Su uso se remonta a las civilizaciones antiguas. Las excavaciones arqueológicas han descubierto cuentas de turquesa en antiguas tumbas egipcias que datan de alrededor del año 4000 a.C. Los antiguos egipcios valoraban mucho esta piedra preciosa, la utilizaban mucho en joyería e incluso en los trajes ceremoniales de sus faraones. La piedra turquesa también era importante en el antiguo templo dedicado a la diosa Hathor en Serabit el-Khadim, en la península del Sinaí. Hathor, a menudo conocida como la "Dama de Turquesa", era la diosa egipcia del amor y la alegría, y se creía que la turquesa la protegía y favorecía. Los nativos americanos han apreciado la turquesa durante siglos, sobre todo en el suroeste de Estados Unidos. Esta gema tenía para ellos un significado espiritual y ceremonial y se utilizaba a menudo en joyas y rituales. Los indígenas de Nuevo México y Arizona creían que la turquesa procedía del cielo y reflejaba el azul vibrante del cielo. La minería de la turquesa tiene una larga historia en estas regiones, donde los nativos americanos explotaron inicialmente la piedra. Más tarde, en la década de 1890, la mina Sleeping Beauty de Globe (Arizona) se convirtió en una importante fuente de turquesa, reconocida en todo el mundo por producir gemas de un uniforme color azul huevo de petirrojo. La turquesa azul persa, extraída en el actual Irán, ha sido apreciada en Oriente Próximo durante siglos por su intenso color azul. A menudo se utilizaba en las cúpulas de palacios y mezquitas por su impresionante efecto visual contra el cielo iluminado por el sol. Características físicas La piedra turquesa, que va del azul cielo y el verde azulado al verde manzana, es un fosfato hidratado de cobre y aluminio formado por la meteorización y oxidación de depósitos minerales preexistentes. Su color vibrante se debe a la presencia de cobre, mientras que los tonos verdosos proceden de impurezas de hierro. Propiedades curativas y beneficios de la turquesa La turquesa, a menudo llamada la "Maestra Sanadora", posee poderosas propiedades curativas que benefician a la mente, el cuerpo y el espíritu. Es una piedra protectora y purificadora a la vez que fomenta la positividad y la tranquilidad. Es una gema que invita al bienestar y la armonía en la vida, con beneficios que abarcan la claridad mental, la curación física y el crecimiento espiritual. Propiedades curativas mentales La capacidad de la turquesa para equilibrar e inducir una sensación de serenidad y paz es una de sus principales propiedades curativas mentales. Se cree que proporciona consuelo al espíritu y bienestar al cuerpo, creando una sensación de paz y calma. El intenso color azul de la turquesa evoca aguas serenas y cielos despejados, inspirando sentimientos de tranquilidad y elevando el estado de ánimo. Este material gema también es conocido por sus propiedades potenciadoras. Favorece la autorrealización y ayuda a resolver problemas de forma creativa, estimulando el amor romántico y fomentando la espontaneidad. Al infundir calma interior sin dejar de estar alerta, la turquesa puede ayudar a potenciar la creatividad y mejorar la capacidad de comunicación.

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