A pocos meses del final de la dictadura española, tuvo lugar un violento crimen en la finca andaluza “Los Galindos". Cinco personas, todas ellas perteneciente a la humilde clase trabajadora fueron salvajemente asesinadas. A pesar de las diversas teorías, nunca se supo quién fue el culpable: el sumario se cerró sobre la hipótesis de la culpabilidad de uno de ellos, que se habría suicidado después, pero posteriores autopsias revelaron lo débil de esa versión de los hechos. El caso finalmente prescribió en 1995, permaneciendo sin resolver.