Prevenir y aliviar: la irritación y el enrojecimiento causados por el pañal. Proteger: la piel del bebé de la humedad y la fricción. Hidratar y suavizar: la piel, gracias a sus ingredientes nutritivos. Se aplica una capa gruesa en cada cambio de pañal sobre la piel limpia y seca. Es importante cambiar los pañales sucios con prontitud. Si la irritación persiste, se recomienda consultar con un médico.