Repara grietas dolorosas y zonas agrietadas. Suaviza callosidades y elimina la aspereza extrema. Regenera la piel desde las capas más profundas. Sella la hidratación, protegiendo la barrera natural de la piel. Calma irritaciones, ardor y molestias provocadas por la resequedad o el roce. Favorece la cicatrización natural.