


La pieza se presenta como una butaca de acento contemporánea con aire retro, tapizada completamente en un tejido velvet de textura densa y suave al tacto, que combina mostaza dorado con líneas geométricas gris claro. El diseño del patrón recuerda un laberinto arquitectónico o rejilla modernista, generando profundidad visual y movimiento. La estructura de la butaca es robusta pero refinada, con líneas limpias y brazos suavemente curvados que aportan equilibrio entre elegancia y comodidad. Las proporciones son compactas pero visualmente sólidas, lo que la convierte en un punto focal ideal dentro de cualquier composición interior. El asiento y el respaldo presentan cojines, perfectamente adaptados al cuerpo, lo que refuerza su carácter cálido y envolvente. El tapizado se extiende con precisión sobre toda la superficie —incluyendo las patas—, subrayando la unidad formal del diseño y su carácter escultórico. Bajo la luz natural, el velvet cobra un brillo gelatinoso y matérico, donde el juego entre luz y sombra revela reflejos dorados y matices ocres que acentúan su riqueza textil. Aporta a la escena una atmósfera editorial y silenciosa, en la que la butaca se percibe como una pieza de arte funcional, combinando textura, geometría y color con sofisticación atemporal.