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La salsa de tomate es más que un simple condimento, sus beneficios incluyen antioxidantes, vitaminas, minerales, mejora la digestión y fortalece el sistema inmunológico. Los tomates son una excelente fuente de antioxidantes, especialmente el licopeno, un compuesto que le da su color rojo característico. La salsa de tomate, al estar hecha a base de tomates, también es rica en estos poderosos antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo y a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades cardíacas. El licopeno presente en la salsa de tomate no solo es un potente antioxidante, sino que también se ha demostrado que ayuda a reducir el colesterol LDL, conocido como el colesterol "malo", y a mantener la salud cardiovascular. Consumir salsa de tomate de forma regular puede ayudar a proteger tu corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La salsa de tomate es baja en calorías y grasas, lo que la convierte en una excelente opción para aquellos que buscan controlar su peso o perder algunos kilos. Puedes utilizar la salsa de tomate como base para tus platos sin preocuparte por sumar calorías extras, y su alto contenido en fibra te ayudará a sentirte saciado por más tiempo.

En la actualidad tenemos a nuestra disposición una gran variedad de aceites de derivados de plantas y animales, que podemos utilizar para cocinar. Los más comunes son los aceites vegetales cuyo origen radica en semillas, frutas y verduras, formando así una parte importante de nuestra alimentación diaria