La butaca adecuada es mucho más que un asiento extra en la sala de estar; es esa pieza que aporta personalidad, equilibrio y carácter al espacio. Y aquí quiero contarte algo importante: la butaca no tiene que hacer juego con el sofá, sino todo lo contrario. Siempre busco que la butaca sea un elemento que rompa con la monotonía del conjunto. Jugar con contrastes en color, textura o forma no solo hace que el diseño se vea más interesante, sino que también le da más vida y dinamismo al ambiente. Un espacio donde todo combina a la perfección puede sentirse plano o predecible, mientras que una butaca con carácter propio aporta profundidad y sofisticación. Me encanta elegir butacas que cuenten una historia diferente, que añadan un toque especial al diseño. Puede ser un tapizado con textura, una estructura llamativa o incluso un color que destaque entre los demás muebles. Mientras el sofá es la base del mobiliario, la butaca es esa pieza versátil que se adapta a distintos momentos, ya sea para crear un rincón de lectura, mejorar la circulación del espacio o simplemente ofrecer un asiento extra con estilo. Cuando diseño una sala de estar, siempre pienso en cómo hacerla más acogedora, funcional y con un sello personal. Y una butaca bien elegida es, sin duda, una de las claves para lograrlo.