
Las sales de hidratación son mezclas de electrolitos que ayudan a reponer líquidos y minerales que el cuerpo pierde a través del sudor, vómitos o diarrea. Se utilizan principalmente para prevenir o tratar la deshidratación leve a moderada. Composición típica de las sales de rehidratación oral (SRO) recomendadas por la OMS: Glucosa: facilita la absorción de sodio y agua en el intestino. Sodio: repone las pérdidas de sal. Potasio: ayuda a restablecer la función muscular y nerviosa. Cloruro: equilibra los electrolitos. Citrato o bicarbonato: corrige la acidosis metabólica que puede acompañar a la deshidratación. Fórmula estándar (por litro de agua hervida o purificada): Glucosa anhidra: 13.5 g Cloruro de sodio (sal de mesa): 2.6 g Cloruro de potasio: 1.5 g Citrato trisódico dihidratado: 2.9 g Esto equivale a una solución con 75 mmol/L de sodio y 75 mmol/L de glucosa. Preparación casera (en caso de no tener sobres de SRO disponibles): En 1 litro de agua segura, mezclar: 6 cucharaditas rasas de azúcar (aprox. 27 g) ½ cucharadita rasa de sal (aprox. 3 g) 👉 Importante: la medida debe ser precisa; demasiada azúcar puede empeorar la diarrea, y demasiada sal puede ser peligrosa. Uso: Dar sorbos frecuentes después de cada evacuación líquida o episodio de vómito. No sustituye la alimentación, especialmente en niños. En casos graves de deshidratación se requiere hidratación intravenosa y supervisión médica.