Una joya gastronómica que captura la esencia del mar y el jardín. Camarones escalfados, jugosos y perfectamente tiernos, se entrelazan con dados sedosos de mango y aguacate, junto con una brunoise de pepino que aporta un crujido acuático y refrescante. La salsa es una emulsión aterciopelada donde la mayonesa se encuentra con el ketchup, brillantemente transformada por el jugo de limón vibrante, la pimienta negra aromática y las misteriosas rayaduras de jengibre que aportan un calor luminoso y una profundidad fascinante. Coronado con el contraste salado de dos aceitunas y el color púrpura vibrante de finas plumas de cebolla morada que añaden un toque de pungencia elegante. Fresco, cremoso y complejo: un bocado que es a la vez lujoso y revitalizante